Durante las tres semanas siguientes, la mitad de los animales tenían dos comederos (que se cambiaban de posición) con un pienso distinto en cada uno y la otra mitad siguieron recibiendo la mezcla de los dos piensos.
La GMD y el consumo diario de pienso fueron iguales entre tratamientos. Sin embargo, el consumo relativo de cada pienso fue distinto en los animales que podían escoger entre dos piensos. Los animales de condición magra consumieron el 64,4% de pienso alto en proteína mientras que los animales de condición grasa consumieron el 35,6% de pienso alto en proteína (p<0,002). Por lo tanto, los animales magros recibían una dieta con 16,7% de PB y los animales grasos recibían una dieta con 12,6% de PB (p<0,01).
Según estos resultados, parece claro que la composición corporal influye en la selección de la dieta, al permitir que las cerdas adaptaran su dieta no se perjudicó su rendimiento pero se redujo la ingestión de proteína, y por lo tanto el coste de producción. Esta técnica de selección de dietas puede permitir que los cerdos alcancen más fácilmente sus necesidades nutritivas.
S.A. Meers, R. Jones, T.D. Pringle y M.J. Azain. Journal of Animal Science 2003. Supl 1: 39. Ref 156